Racing, viajar, los trenes, la música, el amor, la amistad. Que triste sería mi vida sin estas cosas.
¿Cómo se valoran? ¿Cuánto valen las experiencias que uno vive gracias a sus pasiones?
¿Cuánto cuesta una tarde al sol tirado en una plaza? Mirando el cielo, los árboles, los trenes pasar, la gente charlando, sonriendo? ¿Cuánto sale sentirse feliz?
No quiero caer en eso de reinvindicar la vagancia otra vez pero, ¿cómo vas a comparar un laburo con una pasión? ¿Tan loco estoy? Bueno, me encanta en todo caso.
Por favor, no caigamos en la rutina, en el costumbrismo, en la moda, en el imperio de la imagen. No forcemos nuestra personalidad para encajar.
Una sonrisa, la amabilidad, la buena onda; abre muchas puertas. Las pasiones producen justamente esas cosas que abren puertas. ¿Quiéren sentir que tienen suerte? ¿Qué las cosas se "dan"? Convencimiento y pasión, y las cosas llegan. Por lo menos a mi me pasa eso. Tal vez sea un tipo muy afortunado, o esté teniendo una buena racha, no lo sé; pero hace rato que me funciona.
Creo que lo más importante de todo esto, lo que realmente se puede sacar en limpio (el resto son cosas que me pasan a mí) es no dejarse bajonear. A la suerte hay que ayudarla dicen. Yo digo que a la suerte hay que buscarla, y durante ese proceso las cosas se nos van a dar. Pero entonces no será por la suerte, será por nuestra iniciativa. Y de pronto dejamos de depender de la suerte...¡magia!
Hoy me dijeron que las oportunidades siempre llegan cuando uno las busca... SIEMPRE.
Gracias a los viajes, a los trenes, a los amigos, a la música e incluso a La Acadé que siempre logra inmiscuirse en mi vida.
¡Gracias a mis pasiones, el finde estuvo muy bueno!
domingo, 17 de julio de 2011
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