lunes, 31 de agosto de 2020

Rodillas mojadas

Hay un cierto olor a tierra húmeda que se consigue únicamente en invierno. Es su firma tanto como lo son sus noches húmedas, a veces brumosas y siempre con cierto aroma a humo o algún otro tipo de combustión que remite calorcito.

Se sabe que se está en presencia de esa humedad invernal cuando se apoya la rodilla en la tierra y el pantalón se moja, aún si hace días que no llueve.

Para mí, ese especial olorcito a humedad, esa rodilla mojada en el pantalón, son todos los recuerdos de las tardes de invierno jugando en el parque. Tardes frías, tardes húmedas, tardes nubladas. Tardes quizás algo hostiles, que me veían jugar y correr, inventar pruebas y desafíos que invariablemente me divertían y mojaban las rodillas del pantalón.

Tardes húmedas de rodillas mojadas, de trepar árboles y esquivar charcos de agua y barro. Anocheceres gris azulados con ladridos de fondo. Las luces de las casas y el alumbrado público marcando la hora del regreso. Al calor hogareño, a la merienda en la cocina, a sentir las rodillas húmedas bajo la mesa y presionar más el pantalón para sentirlo mejor.

Esa humedad invernal es mi niñez. Esas rodillas mojadas siguen mojadas aún hoy, aunque jueguen menos y sea más en mi mente. Esas rodillas mojadas... se extrañan bastante de a momentos.

También la sencillez de cuando los mayores problemas a abordar eran las rodillas mojadas del pantalón.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Escrito hace algunos años (no puedo ponerle fecha, pero recuerdo la noche)

Cada quien se extravía como quiere… o puede. Lo importante es ir a contramano del mundo un rato, pues allí reside el extravío. Hasta en un McDonald’s, con servilletas en los bolsillos y muchos púberes firmemente insertos en este mundo.

Sin rumbo, con una bicicleta; y ganas. Pero sin rumbo. Y con temor a la soledad. En el medio, justo en el medio. Expuesto. No hay un plan mejor.

Mañana da miedo (y el mañana también).

Miradas que se cruzan. La cajera me pareció linda. La miré fijo. Luego la encontré mirándome. Me pregunto qué pensará. Una nueva historia que ni siquiera arrancará. El tono de alienación de aquí es deprimente. Pero aún son personas, las miradas y las sonrisas se escapan todavía. Extraviado en el medio de todo… ¿A dónde ir?