sábado, 21 de mayo de 2011

Cambios repentinos

He visto en los últimos días algunos de estos fenómenos, ni uno sólo feliz. Me resulta impresionante que existan situaciones, noticias, conversaciones que en cuestión de segundos o minutos puedan cambiar (o acabar) nuestra vida.

Se me ocurre la tragedia del avión de Sol que me pegó mal, yo quiero ser piloto, pero no es por eso. No tengo ahora miedo a volar, si tendría que evitar todo riesgo de muerte mejor me encierro en casa. No, no es eso. Lo que me pegó pero para la mierda es justamente el cambio que sufrió tanta gente al mismo tiempo, los pasajeros, la tripulación y principalmente las familias de estos. Un día tienen a sus hijos/as, padres, madres, esposos/as, hermanos/as, tienen sus planes junto con éstas personas. Y una hora después todo esto está hecho añicos, de la peor manera. La fragilidad de la vida, nunca, nunca, bien valorada. La injusticia mostrando, otra vez, su peor cara.

O una relación, que crece día a día y de repente queda trunca por algunas palabras fuera de lugar o tal vez la inflexibilidad de quien las recibe, alguna acción, un malentendido. De forma idiota, sin oportunidad ni siquiera para darse el tiempo de ver si se tiene razón. La intolerancia hacinedose visible.

O una noticia, que te enterás y te cambia el día… o la vida. En cuestión de segundos puede variarte el humor de forma asombrosa o todo el futuro.

Pienso en el terremoto y posterior tsunami sucedido en Japón, que cambió la vida de la gente allí, y la visión mundial sobre la energía atómica.

Uno generalmente no tiene poder de control sobre estas cosas, pasan y pueden modificar nuestra realidad y tenemos que adaptarnos a la nueva situación. Lo máximo a lo que podemos aspirar es a intentar reflexionar sobre lo acontecido y sacar algo en limpio, que por lo menos nos sirva de algo.