martes, 2 de agosto de 2011

Con qué poco se puede hacer feliz a la gente

¿Se dieron cuenta lo poco que cuesta a veces brindarle felicidad a las personas? Un gesto, una palabra, una charla, un abrazo, un llamado, un sms. Son cosas de las cuales muchas veces por el hecho de repetirlas una y otra vez perdemos de vista su valor, pero aunque a veces nosotros no lo veamos son capaces de sacarle una sonrisa a alguien en cualquier momento.

Mucha gente siente deseos de “ayudar” de alguna forma y muchas veces no lo hacen por lo inmensa que parece la tarea, porque parece inabarcable o porque no saben de qué manera colaborar. Y sí, erradicar el hambre en el mundo no está al alcance de un individuo, pero causar una sonrisa sí que lo está. Deberíamos sensibilizarnos ante esto y tratar de tenerlo presente siempre. ¿Cómo puedo brindarles un poco de felicidad a las personas que me rodean?

Una sonrisa no es un plato de comida, no se puede vivir del amor dice Calamaro, y tiene razón. Pero, ¿cómo nos sentimos nosotros esos días en los que todo sale bien? Está en nosotros la posibilidad de brindarle un día así al prójimo. ¿Acaso eso no es ayudar al mundo (aunque el mundo sea una persona por día)?
A todos aquellos que sonríen, que saludan al entrar a un lugar o cruzarse, a los que por lo bajo cantan las canciones que suenan en sus oídos, a los que guiñan un ojo o dan una mirada cómplice por la calle… gracias por hacer de este mundo un lugar un poquitito mejor.

Y gracias Cristian, gracias Daniel, gracias Sebastián y gracias José por abrirnos las puertas de sus cabinas y hacernos pasar una tarde que no vamos a olvidar. “Sí chicos, suban”. ¡Qué fácil que es hacer feliz a alguien a veces! Tengámoslo en cuenta.

2 comentarios:

Vamos, vamos, ¡anímese a escribir algo!